¿ES POSIBLE LOGRAR LA UNIDAD ENTRE CONGREGACIONES?
  
La "unidad" no es una responsabilidad "intercongregacional", sino una responsabilidad individual en beneficio de la iglesia local (Efesios 4:3-6). Pablo dijo a la iglesia en Corinto, "Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya ENTRE VOSOTROS divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer" (1 Corintios 1:10).  En 11:18, dice: "Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay ENTRE VOSOTROS divisiones; y en parte lo creo". Como vemos, la unidad que se estaba destruyendo, y por la que Pablo estaba abogando, era la unidad de la iglesia local.  No hay un solo texto bíblico en que se indique una exhortación o un llamado para hacer algún movimiento que logre la unidad entre iglesias.

En Efesios 4:11-12, Dios constituyó determinados oficios para la edificación y unidad de la iglesia local.  ¿No es local la obra de los "ancianos"? ¿No es local la membresía que un evangelista tiene? ¿No son autónomas las iglesias locales? Luego, la unidad es una responsabilidad individual en beneficio de la iglesia local.  Dios no espera que haya "unidad" entre las iglesias locales de una ciudad, porque no se puede.  Si toda iglesia local es autónoma, ¿qué puedo hacer yo para lograr la unidad, si las otras iglesias van por otro camino? No puedo hacer nada, y si no puedo hacer nada, entonces no tengo responsabilidad por la unidad entre las iglesias. Donde puedo hacer mucho es en la iglesia local donde soy miembro. Allí está mi responsabilidad.  Muchos cristianos que no entienden esto, viven frustrados al ver que no hay "unidad entre las iglesias”.  Pero, si logran entender que la unidad que Dios espera es la que yo debo guardar donde soy miembro, entonces cesarían muchos males y sentimientos negativos que alberga el corazón de muchos hermanos.

Otros muchos, queriendo la "unidad entre iglesias", hacen reuniones donde asisten "líderes" o “representantes” de las diferentes congregaciones, ¿para qué? Para tomar decisiones a nombre de ellas, como si fuera una sola congregación.  Esto representa una violación a la autonomía de las iglesias locales, y la concepción de un cuerpo extraño que no es una iglesia local, pero que funciona por y para las iglesias locales.  ¡Esto es sectario!  ¿No son autónomas las iglesias locales? Luego, ¿de dónde salieron esos "líderes" para tener juntas y tomar decisiones por y para las iglesias locales? ¿Son apóstoles? ¿Son profetas? Desde luego que no, ¿qué son, entonces? Si son "pastores", ellos no pueden obrar más allá de la iglesia local (cfr. Hechos 20:28; 1 Pedro 5:2). Luego, si son "pastores", ¿quién los puso a celebrar juntas por y para las iglesias? ¿Con qué autoridad están viendo por las iglesias que están a su alrededor? Pedro dijo, "Apacentad la grey de Dios que está ENTRE VOSOTROS". ¿Qué hacen "cuidando de ELLAS"? Pedro dijo, "cuidando DE ELLA".  ¿Son evangelistas? ¿Y quién les dio la autoridad de celebrar juntas por y para las iglesias? El evangelista debe ser miembro en una congregación local, y hacer la obra de la iglesia local, ¿qué está haciendo tomando decisiones por y para las iglesias? Y si no son, ni apóstoles, ni profetas, ni pastores, ni evangelistas, entonces, ¿qué son? ¿Acaso hay otro oficio que el Señor haya constituido?

Pretender la unidad “entre las iglesias” en ocuparse es una tarea que nunca nos fue encomendada, y como nunca nos fue encomendada, no hay acciones reveladas por Dios para lograr dicha meta.  Es así que, los hombres formulan e inventan métodos para lograr tal unidad. En el proceso violentan la autonomía de las iglesias, y al final terminan hasta usurpando la obra que cada una de ellas debe hacer.  Terminan creando una mesa directiva, o una sociedad que, al no ser una iglesia local, es un engendro que no ha brotado de la Biblia, sino de la mente del hombre. Si Dios no mandó, ni diseñó, ni concibió ese ente, ¿cree usted que sus frutos son buenos? Muchos se emocionan por ver las grandes reuniones organizadas por esa entidad no escritural, y creen que Dios les está bendiciendo por ello.  No saben que la prosperidad y las multitudes, no son garantía de aprobación divina (cfr. Ap. 3:17).

Luchemos por la unidad en la iglesia local y por su obra, y dejemos que los hombres sigan su camino, inventando y erigiendo sociedades que Dios nunca les mandó.

Lorenzo Luévano Salas.
www.volviendoalabiblia.com.mx

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